Hace unos años, tenía esta espinita de escribir un post. No porque me creyera gurú ni nada, sino porque empecé a ver algo raro en líderes que admiraba: tipos cracks, genios en lo suyo, que escalaron como espuma… y de repente, pum, se estancaron. Peor aún: se volvieron incompetentes. Sí, así de feo.
En ese entonces ni blog tenía —de hecho, este fue uno de los motivos que me empujaron a crearlo—. Porque había algo que nadie decía en voz alta… y a mí ya me hervía la cabeza.
Entonces, agárrate: vamos a hablar del famoso, subestimado y dolorosamente real Principio de Peter.
🧠 "En una jerarquía, las personas son promovidas hasta alcanzar su nivel de incompetencia."
Traducción al idioma tech:
📈 Mientras haces bien tu chamba, te siguen subiendo.
❌ Hasta que te sueltan un rol que ya no dominas… y ahí te quedas, atorado.
Con suerte, sobrevives. Con menos suerte… bueno, terminas googleando “cómo renunciar sin llorar”.
Y es que esto pasa TODO el tiempo en tech.
Ejemplos reales (demasiado reales):
- Tenías al mejor dev del equipo. Lo ascendieron a tech lead y ahora vive en Zoom, enterrado entre “sincronizaciones” y OKRs. ¿Código? Bien, gracias.
- Tenías a una QA brillante, obsesionada con romper cosas para mejorarlas. Ahora es manager de testers y pasa el día organizando juntas que detesta.
- O el más rifado del equipo, que era feliz picando código… y ahora revisa presupuestos, cronogramas y reportes en Excel. ¿El sueño? Más bien, la pesadilla corporativa.
¿La intención era buena? Sí.
¿El resultado? Lo sacaron de su zona de excelencia, lo premiaron con algo que no pidió… y lo quemaron.
Pero, ¿por qué sigue pasando esto?
Porque todavía pensamos que “crecer” en una empresa es como subir una escalera: escalón tras escalón, hasta tocar el cielo... o el burnout.
Y no. No es así.
En tech (y en la vida, si me apuras), más arriba no siempre significa mejor.
Confundimos cosas:
- Buen developer = debe ser buen líder (spoiler: no)
- Buen ejecutor = debe saber coordinar equipos (spoiler: tampoco)
- Más responsabilidad = más éxito (spoiler final: depende)
La neta es que hay ascensos que suenan a premio, pero vienen envueltos en papel de trampa.
Y nadie te lo dice porque suena mal en la junta de RH.
Algunas señales de alerta:
⚠️ Te promueven sin preguntarte si quieres ese rol.
⚠️ No hay ni un triste entrenamiento para lo nuevo.
⚠️ El nuevo puesto te aleja por completo de lo que amas hacer.
⚠️ De construir pasaste a coordinar. De crear, a reportar. De vivir, a sobrevivir.
Entonces, ¿qué hacer?
- No aceptes ascensos en automático.
¿No te emociona el nuevo rol? Pregunta por otras rutas. No todo es vertical. Hay caminos técnicos brutales: Staff, Principal, Architect. Todos con impacto, ninguno con seis reuniones diarias. - Pide acompañamiento.
Que te suban sin mentoring es como que te den un avión sin haber piloteado jamás. Suena cool… hasta que se estrella. - Define tu propia versión de éxito.
Hay quien crece por títulos.
Otros crecen dominando un stack, resolviendo problemas difíciles.
Los dos caminos son válidos. El error es no elegir y solo dejarte llevar por lo que “sigue”.
En resumen, pa’ no perder el hilo:
- Subir no siempre es avanzar.
- A veces es alejarte de lo que haces mejor… para llenar un hueco que no era tuyo.
- No caigas en la trampa del “es lo que toca”.
- Porque subir nomás por subir… también es estancarse.
👉 No todo ascenso es progreso.
👉 No todo quedarse quieto es fracaso.
👉 Si tú no eliges tu camino, alguien más lo va a hacer por ti.
Spoiler: esa persona va a elegir pensando en la empresa, no en ti.
Así que piénsalo bien la próxima vez que te digan “¡felicidades, te vamos a subir!”.
Tal vez te convenga más quedarte donde haces magia.
Porque no hay nada más triste que un unicornio encerrado en una junta.
Nos leemos en el próximo post.
Con más anécdotas, verdades incómodas y esa mezcla rara de código, café y crisis existencial. Hasta pronto, compa. 🧃💻