Tus preguntas de seguridad son un chiste y los bots lo saben

Tus preguntas de seguridad son un chiste y los bots lo saben

Hace poco me di cuenta de algo que me voló la cabeza (bueno, no literalmente, pero casi): mucha gente muy técnica —de esas que viven con el terminal abierto y que tienen contraseñas como gD$7!mPQz#— ya no responde las famosas preguntas de seguridad con “el nombre de tu primer perro” o “la calle donde creciste”.

¿Entonces qué hacen? Fácil. Abren su gestor de contraseñas, generan una respuesta aleatoria tipo jkL%9zA2v&, la guardan ahí y listo. Seguridad nivel modo dios. Porque vamos a ser honestos: si pones “Firulais”, un hacker con media hora y tu Facebook ya entró. Ingeniería social, bro.

Y ahí me cayó el veinte: las máquinas ya están haciendo la chamba que antes era humana. No sólo para iniciar sesión, también para entender cómo funcionan las herramientas que hacemos.

Humanos y máquinas: los nuevos roomies del Internet

Hoy ya no estamos diseñando solo para personas con neuronas. También estamos diseñando para bots, AIs, asistentes, agentes, modelos… como quieras llamarlos. Y sí, también para humanos, aunque a veces lo dudemos.

Así que toca pensar en dos públicos al mismo tiempo: el desarrollador que quiere una API que no le saque canas verdes… y el modelo de lenguaje que necesita entender tu documentación sin explotar.

Porque seamos realistas: un dev con su Copilot, ChatGPT o el asistente que sea, ya no viene solo. Es como si trajera a su cuate listo para leer el manual por él. Y si tu herramienta no se lleva bien con la IA, olvídalo, se van a buscar otra.

¿Qué onda con el contenido?

Aquí es donde entra el show.

Para los humanos: hay que estar en todos lados. Una demo no se queda en demo. Se convierte en proyecto open source, hilo en X (Twitter pa’ los de antes), video en YouTube, blog post, podcast, sticker, camiseta… todo menos tatuaje (por ahora). ¿La idea? Que te encuentren hasta por error.

Para las máquinas: la historia cambia. Tienes que “alimentarlas”. Darles llms.txt, buenos prompts, metadatos, estructura. Hacerles la vida fácil. Porque si entienden lo que ofreces, te recomiendan. Y si no... te ignoran.

¿Y nuestro papel en todo esto?

Nos guste o no, la IA ya se instaló en la fiesta. No pide permiso, pero sí snacks.

Como desarrolladores, tenemos que aceptar que ya no basta con hacer código bonito. También hay que pensar cómo lo entienden otros humanos… y cómo lo procesan las máquinas.

La próxima vez que hagas una API, una librería, un CLI o lo que sea, piensa: ¿lo podrá usar un dev con su copiloto? ¿o va a necesitar un mapa, brújula y GPS?

En resumen:

  • Las preguntas de seguridad son una broma peligrosa. Usa el gestor de contraseñas.
  • Tus usuarios ahora son mitad carne, mitad silicio.
  • Haz contenido que sirva para todos, incluidos los robots.
  • Si no te entienden, no te usan.
  • Y sí, vivimos en el futuro. Pero sin autos voladores. Qué decepción.

Nos seguimos leyendo. O viendo. O leyendo mientras me ves. No sé, esto ya es muy Black Mirror.

Pero eso sí: ¡no le pongas "Firulais" a tu respuesta de seguridad! 🙃