La Virgen de Guadalupe y las Carnitas de Michoacán: cuando el IMPI se pone creativo

En México ya no solo se registran marcas de refrescos o apps: ahora también la Virgen de Guadalupe y las carnitas de Michoacán tienen sello oficial. ¿Protección cultural o pura burocracia con sabor a taco?

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La Virgen de Guadalupe y las Carnitas de Michoacán: cuando el IMPI se pone creativo

¿Ya viste las últimas movidas del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial? Pues resulta que no solo anda detrás de marcas de refrescos, apps o sneakers… ahora también protege ¡a la Virgen de Guadalupe y a las carnitas de Michoacán! Sí, leíste bien: entre lo sagrado y lo sabroso, México ya tiene dos nuevos sellos “auténticos”.

La Virgen con marca registrada

La Basílica se cansó de ver a la Guadalupana estampada en tazas, llaveros y figuras que parecen más Made in China que del Tepeyac. ¿La solución? Registrar su imagen como marca. Así, oficialmente la Virgen puede estar en velas, joyas, muebles, miel, sal, ¡y hasta en software! (imagínate abrir una app con el logo de la Virgen diciéndote: “hijo mío, no olvides pagar tus cuentas”).

La jugada suena rara, pero tiene lógica: frenar la piratería y proteger lo que muchos consideran intocable. Claro, eso no evita que en cada mercado sigas viendo estampitas a 10 pesos, pero al menos hay papeles de por medio.

Las carnitas, orgullo nacional

Mientras tanto, en Michoacán decidieron que su tesoro no se toca. Y no hablo de las mariposas monarca, sino de las carnitas. Ahora tienen certificación del IMPI: un sello que asegura que lo que estás comiendo es la neta del planeta y no una imitación chafa.

La receta oficial dice: puerquito de 100 a 130 kilos, cocinado en cazo de cobre con manteca, sal de grano y agua purificada. Nada de atajos, nada de “carnitas veganas” (sí, existen, y sí, lloramos un poco al enterarme).

¿Qué tienen en común?

Al final, la Virgen y las carnitas comparten algo curioso: identidad. Una desde lo espiritual, otra desde lo gastronómico, pero ambas forman parte de lo que somos. Y ahora también son “marca registrada”. Ironías de la vida: proteger lo más mexicano del mundo con un sello burocrático.

Pero hey, si eso sirve para que no nos vendan carnitas con sabor a aceite recalentado o para que no aparezca una “Virgen pirata” en el tianguis… pues que vengan los registros, ¿no?

Porque al final, en este país lo mismo rezamos con una veladora guadalupana que celebramos con un taco de carnitas. Y si el IMPI ya les puso su firma, tal vez sea hora de registrarnos también: “Mexicanos, marca patentada desde 1810”.

Nos vemos pronto… y sí, tráete unas carnitas (de las auténticas).